La producción mundial de vino en 2024, la más baja en más de 60 años.
La OIV alerta sobre el impacto del cambio climático en la producción vinícola, que enfrenta caídas históricas y nuevos desafíos globales.
La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) ha publicado estimaciones preocupantes para la campaña vinícola 2024, con una producción mundial de vino que oscilará entre 227 y 235 millones de hectolitros, la cifra más baja registrada desde 1961. Este dato representa una caída del 2% respecto a 2023 y un descenso del 13% en relación con la media de los últimos diez años.
La Unión Europea, hogar de los tres mayores productores mundiales de vino (Francia, Italia y España), alcanzó una producción de 139 millones de hectolitros, la más baja del siglo, con una reducción del 3% respecto al año anterior. Francia, en particular, ha sufrido un descenso del 23%, cediendo su posición de líder mundial a Italia, que se mantuvo con 41 millones de hectolitros. España, con 33,6 millones, ocupa el tercer lugar tras una ligera mejora respecto a 2023.
En el hemisferio sur, la situación también es crítica. Con una producción estimada de 46 millones de hectolitros, este volumen marca el nivel más bajo en dos décadas. Países como Chile han experimentado descensos significativos del 15%, afectados por una primavera inusualmente fría y la sequía. En contraste, Argentina destaca con un incremento del 23% en su cosecha, aunque todavía un 4% por debajo de su promedio quinquenal.
Factores climáticos y cambios en el consumo
El director de la OIV, John Barker, señaló que los desafíos climáticos siguen siendo el principal factor detrás de la caída de la producción. Barker destacó que “los impactos del cambio climático se acumulan” y subrayó la importancia de adaptarse a un panorama vinícola en constante cambio. A pesar de la reducción en los volúmenes, destacó la alta calidad de las cosechas.
Además de los problemas climáticos, el sector enfrenta una caída en el consumo mundial de vino, que disminuyó un 3,9% en el primer semestre de 2024, en comparación con el mismo periodo del año anterior, y un 20,1% respecto a 2019, según datos del analista IWSR. Este cambio se atribuye a la evolución en las preferencias de los consumidores ya un mercado saturado por elevados niveles de inventario.
Un momento crucial para el sector
“La sostenibilidad y la capacidad de comprender los cambios en el comportamiento de los consumidores son claves para el futuro”, indicó Barker. Durante la presentación de las estadísticas de los últimos 100 años de cultivo y comercio del vino, se destacaron las transformaciones significativas en los métodos de producción, las estructuras de mercado y los modos de consumo.
La OIV advierte que, aunque la caída en la producción podría equilibrar temporalmente el mercado, los retos a largo plazo son significativos. La tendencia a la baja subraya la vulnerabilidad del sector ante el cambio climático y plantea la necesidad de estrategias globales para garantizar su sostenibilidad y adaptación a un entorno cambiante.
FUENTE: MALAGAHOY.ES